Aceptar la muerte de un ser querido es uno de los mayores trances por los que debe pasar el ser humano. Es bien sabido por todos que la muerte es parte inherente de la vida pero, aún así, supone un terrible golpe emocional para los familiares y amigos del difunto.
Aceptar la muerte suele ser un proceso complicado. Muchos prefieren engañarse no pensando ni hablando de ella, incluso inventando que nunca llegará. Otros la abordan trabajando su inteligencia emocional y aceptando sin miedo que la muerte forma parte de la vida.
En cualquier caso, habitualmente, aceptar la muerte suele sumirnos en un intenso proceso de tristeza y, en algunos casos, incluso de depresión.
Lo que está demostrado es que el paso del tiempo consigue mermar nuestro dolor y finalizar el proceso del duelo recuperándonos de la pérdida. También debemos ser prudentes y saber que el duelo ante una muerte es una evolución con muchos matices y que cada uno lo vivimos de forma diferente.
Debemos de ser conscientes de que aceptar la muerte de un ser querido es un proceso largo con el que tenemos que aprender a convivir durante un tiempo. La duración de esa etapa dependerá de cada persona. La clave está en tratar de evitar que la tristeza se convierta en un dolor continuo y desproporcionado.
Para ello, podemos centrarnos en 5 pasos que nos ayudarán a aceptar la muerte de una forma más saludable emocionalmente hablando.
Vivir la muerte de una persona supone una montaña rusa de emociones que no debemos tratar de bloquear. Es normal sentir tristeza, rabia, ira, … Estas emociones forman parte del proceso del duelo y dejar que fluyan nos ayudará a superar su evolución.
No contener el llanto o no evitar recordar situaciones vividas con el difunto que nos pongan tristes es fundamental para poder liberar el dolor. Poder expresar las emociones y sensaciones que se viven en un momento doloroso es positivo para lograr aceptar la muerte.
Acciones como escribir un diario, componer canciones, pintar sobre la persona fallecida pueden resultar magníficas herramientas para reforzar la superación de la pérdida.
En ningún caso deberíamos negar la muerte o cerrarnos a ideas inconformistas, pues esto sólo nos llevará al aislamiento y la frustración.
Cuando perdemos a un ser querido, una de las principales necesidades que tenemos es la de ser escuchados. Hablar con amigos o familiares de cómo nos sentimos nos permitirá aceptar la muerte con mayor serenidad. Verbalizar nuestras emociones y sentimientos nos ayudará más que recibir consejos o consuelo.
Si no queremos hablar con nuestro entorno más cercano, podemos recurrir a grupos de terapia que nos servirán de desahogo y nos facilitarán superar la pena. Algunos servicios de este tipo están incluidos en los seguros de decesos.
Una de las maneras de enfocar nuestra recuperación para aceptar la muerte es rendir homenaje a nuestro ser querido fallecido.
Recordar vivencias con él es una manera de honrar a esa persona y de volver a revivir momentos felices del pasado. Lejos de lo que pueda parecer, tratar de hacer este ejercicio de recuerdo nos aporta una tranquilidad que debemos aprovechar como arma para luchar contra la tristeza de esos momentos tan complicados emocionalmente.
Como herramientas, podemos crear álbumes de fotos de momentos felices con esa persona o cajas con colecciones de objetos que nos recuerden a ella. También podemos plantar sus flores favoritas, pasear por lugares en los que compartimos paseos juntos, …
Algunas de las fases del duelo serán más llevaderas con estos rituales de recuerdo.
Afrontar un fallecimiento puede ser un recorrido muy largo y doloroso dependiendo de cada persona. La evolución del duelo tiene muchos matices y depende de tantos factores que es muy complicado ofrecer unos consejos generales que sirvan para todos.
Si en nuestro caso personal aceptar la muerte de un ser querido nos paraliza, nos quita las ganas de vivir o no nos deja continuar con nuestra vida habitual, lo mejor es solicitar ayuda profesional. Acudir a un psicólogo es siempre una decisión acertada para superar esa muerte de manera más llevadera y poder evitar sufrimientos prolongados y desproporcionados.
Muchas pólizas de los seguros de decesos incluyen estos servicios para los familiares más cercanos al difunto.
Lograr llegar a la última fase del duelo, a la aceptación, es un camino costoso pero que con el tiempo se acaba consiguiendo. Arribar a este momento nos permitirá recordar al fallecido con sosiego y paz. Seremos capaces de entender que la vida sigue y volveremos a recuperar nuestras rutinas y a ser capaces de sentir alegría.
Durante el proceso de aceptar la muerte, es muy importante no querer acelerar las etapas del duelo. Permitirnos sentir e ir avanzando en cada una de ellas sin prisas es básico para lograr una superación total y emocionalmente saludable.
Muchos estudios demuestran que el tiempo es un factor importantísimo en la superación de este tipo de duelo. No hay que tener prisa ni agobiarse porque los días se sientan interminables. Una vez más, el tiempo curará nuestra tristeza.