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Qué es una capilla ardiente es una duda recurrente entre los ajenos al gremio funerario.

Actualmente, se conoce como capilla ardiente al evento que expone al público el cuerpo fallecido de una persona relevante o conocida por la sociedad. Políticos o artistas  suelen ser los homenajeados más habituales. Estas capillas se montan para que sus admiradores puedan acercarse hasta ese lugar para darle el último adiós. También para presentarle sus respetos. 

A pesar de su nombre, el lugar elegido para celebrar este homenaje público no suele ser una capilla. Más bien algún recinto amplio, religioso o no, que cuente con espacio suficiente para acoger a todos los interesados en acudir a esta despedida. Teatros, polideportivos o edificios públicos importantes suelen ser los elegidos para montar la capilla ardiente de un personaje popular, que descansará allí durante unas horas de cuerpo presente. Esta exposición se organiza a las pocas horas de la muerte del protagonista y siempre antes de proceder a su velatorio y funeral privado. 

Cómo se organiza una capilla ardiente

Tan importante como qué es una capilla ardiente es cómo se organiza. La preparación requiere de una serie de espacios y elementos básicos e imprescindibles. 

Por un lado, en el recinto elegido habrá que reservar un espacio principal para la colocación del féretro y los ornamentos que lo envolverán. También se reservará un lugar especial para la familia y una zona para autoridades (si las hubiera). Por último, un pasillo con entrada y salida por el que desfilarán los admiradores para rendir homenaje al difunto.

Por otro lado, los elementos ineludibles: un catafalco que sujetará el ataúd, las velas o iluminación eléctrica que rodearán el féretro. Alguna imagen representativa del finado y flores que decorarán el espacio.

Si se trata de un acto público para un político o una persona con cargo institucional, en la capilla ardiente suelen añadirse además banderas o símbolos que lo representen. Si se trata de una despedida religiosa no faltarán los crucifijos y los reclinatorios para orar a los pies del difunto.

También es muy común que en una capilla ardiente se coloque un libro de condolencias para que los asistentes le puedan dejar unas palabras de recuerdo sobre el fallecido para su familia. Una música de ambiente apropiada contribuirá a conseguir un ambiente relajado y de respeto.

Capilla ardiente: historia

Hoy en día definimos qué es una capilla ardiente según lo descrito anteriormente, pero no siempre ha sido así.

Originalmente, se denominó como capilla ardiente al conjunto de adornos y ornamentos luminosos que acompañaban a un difunto en el acto de exposición de su cuerpo fallecido. Estos ornamentos, generalmente velas o antorchas, se colocaban paralelamente a los lados del féretro durante el tiempo de velatorio para mantener iluminado al difunto. No era relevante si se trataba de un acto público o familiar. Mantener el cuerpo iluminado día y noche destacaba su protagonismo y facilitaba la atención de los que acudían a despedirlo.

Así pues, el nombre de este lugar procede de los términos ‘capilla’ (originalmente se trataba de un acto religioso y se celebraba en las iglesias) y ‘ardiente’, por las velas que ardían alrededor del finado.

La costumbre de instalar una capilla ardiente ofrece habitualmente serenidad y alivio a la familia del finado. En ese acto pueden comprobar el buen recuerdo que deja su ser querido en muchas personas.

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