La simbología funeraria recoge los diferentes símbolos e iconos que podemos encontrar en la mayoría de los objetos, lápidas y recintos funerarios. Adornos que se suceden a través de la historia y que pretenden dar a conocer las tradiciones relacionadas con la muerte.
También se emplean para transmitir las últimas palabras o deseos de los difuntos, así como sus inquietudes ante el más allá.
La simbología funeraria es muy habitual en todas las religiones. Cristianismo, budismo, hinduismo, … dan continuidad siglo tras siglo a esta tradición artística. Encontramos simbología funeraria decorativa en esculturas, pinturas, mosaicos, bajorrelieves, ….
Los iconos que recoge la simbología funeraria son muy diversos. Motivos vegetales, animales y símbolos que representan el tiempo se presentan como los temas de repertorio más habituales de la iconografía funeraria. Su relación con el ciclo de la vida y su regeneración y supervivencia a través del tiempo los convierte en icono de la soñada inmortalidad.
Hojas de parra: Este es uno de los iconos de la simbología funeraria más antiguos. Los romanos ya lo empleaban en las estelas funerarias que preparaban para los difuntos como paso al más allá. También aparecen en multitud de mosaicos y relieves, representando siempre la importancia de la vid y el vino durante su vida y como entrada a la felicidad eterna tras su muerte.
Cipreses: Su aspecto fuerte y frondoso, su hoja perenne y su gran longevidad han hecho que estos árboles se planten en casi todos los cementerios mediterráneos durante siglos. Los cipreses son símbolo de inmortalidad y vida eterna y, dice la leyenda, que su forma larga y apuntada indica a las almas cómo llegar al cielo.
Mariposas: La simbología funeraria de la mariposa valora su capacidad de cambio, de metamorfosis. Una oruga que se convierte en capullo y luego en insecto volador es el símbolo perfecto para representar el cambio que supone pasar de la vida a la muerte. El alma abandonando el cuerpo y renaciendo a la inmortalidad.
Palomas: Las palomas son un símbolo internacional de amor y paz. Pero además, la iconografía funeraria recoge en la tradición a este animal alado como signo de espiritualidad, elevación, trascendencia y desprendimiento de la tierra.
Anclas: Un ancla es un elemento que, en la navegación, finaliza el viaje y guarda en el puerto el barco. Es un símbolo de firmeza y seguridad, pero también de esperanza en la salvación del alma.
Relojes de arena: Los relojes son otro claro icono de simbología funeraria. Recuerdan el paso del tiempo, representando un ciclo que termina, el fin de la vida. Nada más gráfico que los granos de arena cayendo sin pausa para mostrar cómo se nos va el tiempo.
Dolientes: Las dolientes son una de las imágenes más habituales en los cementerios actuales. Representan el dolor de los familiares y amigos ante la muerte de un ser querido. Aparecen principalmente en las puertas de los panteones y junto a las tumbas de los camposantos, siempre en actitud de tristeza y abatimiento ante la pérdida.
Ángeles: Los ángeles, junto con las cruces, son la simbología funeraria cristiana más abundantes en los cementerios españoles. Los ángeles son el emblema de lo invisible, las criaturas que unen a Dios con los mortales. Acompañan a los difuntos de manera individual o en grupo con actitud protectora. Aparecen continuamente, representados como figuras aladas, de distintas edades, con diversos atributos iconográficos, como soporte de escudos o coronas de flores, decorando frisos, ….
El arte funerario engloba la belleza, la muerte y el recuerdo. Un homenaje a los que se fueron, un recuerdo de que la muerte llega para todos.